Hace algunos días, en una reunión con alumnos de astrología, hacia una reflexión sobre la conjunción de Marte y Saturno que tendrá lugar en el mes de agosto. Comparto algunas de esas reflexiones por este medio.
Si observamos retrospectivamente los significados tradicionales y los antiguos saberes astrológicos acerca de estos dos importantísimos planetas, no
tardaremos en asustarnos; ya que en la astrología tradicional se los llamaban “Los maléficos”.
El mayor, Saturno y el menor, Marte. Y se asociaba a ellos toda clase de infortunios y calamidades. Gracias al cielo mucho hemos profundizado y aprendido a través de los siglos y hoy por hoy tenemos puntos de vista más profundos y constructivos de los saberes astrológicos.
Desde la perspectiva de la astrología psicológica observamos que estos planetas representan estructuras psíquicas en permanente dinamismo y evolución. Estas estructuras psíquicas están permanentemente presentes y operando en nosotros todo el tiempo, nos demos cuenta de ello o no. Visto desde este punto de vista, es lógico el temor que en la antigüedad tenían hacia este principio planetario.
Para comenzar, Marte es un excelente símbolo de nuestra agresividad innata y personal. La agresividad es una característica de toda entidad viviente, y nosotros los humanos no somos una excepción. Es la energía que nos impulsa hacia el logro de nuestros objetivos consientes y nos brinda la voluntad y el coraje para emprender toda acción en nuestra vida. También es la energía necesaria para fijar límites y decirle al mundo como queremos que funcione nuestra vida y como NO queremos que sean las cosas. Es el combustible de la vida, ingrediente importantísimo en nuestro desarrollo como seres humanos. Ahora bien, este tema, el de la agresividad, representa para muchos de nosotros un gran desafío ya que en muchísimos casos el reconocimiento e integración de esta parte de nuestra psicología es por entero dificultoso. Son innumerables los casos de personas que por su propia historia y evolución no han logrado integrar esta importantísima parte de nuestra psicología. Generando así un sin número de dificultades en la existencia. Y condenando a nuestra agresividad a la sombra de nuestra percepción psíquica, generando con esto grandes dificultades en nuestra vida, que pueden tener un abanico muy amplio de manifestaciones; tales como: enfermedades físicas/trastornos psicológicos (depresión), accidentes, problemas en las relaciones, dificultades a la hora de poner y respetar límites, relaciones de dependencia (con la ira respectiva que las acompaña), estados de enojo permanentes, explosiones de ira, y un larguísimo etc. Pero es necesario recordar que estas manifestaciones son generadas por la inconciencia y la no integración del principio que representa y no es en modo alguno una característica del principio planetario. Dicho de otro modo, no hay nada intrínsecamente malo en la agresividad, sus manifestaciones desagradables tienen más que ver con nuestra relación consiente o falta de ella, que con el principio mismo.
Con respecto a Saturno, este planeta representa el lado oscuro de nuestra psicología personal, lo que el Dr. Jung, denominaba el arquetipo de La Sombra. Podríamos considerar la Sombra psíquica como la estructura conformada por todo material psíquico no reconocido e integrado en la personalidad. Representa nuestro demonio más temido, con el cual, en general, no queremos tener ninguna clase de contacto. A pesar de eso, de nuestros denodados esfuerzos por no conectar con ese material, nuestra sombra va dando forma a nuestra existencia a través de un sinfín de mecanismos (mecanismos de defensa) que tienen por objetivo no hacernos conectar con ese depósito de energía psíquica que juzgamos tan negativamente. A pesar de esto, las manifestaciones de La Sombra en nuestra vida son permanentes, impelidas por el principio de completitud de la psique, que nos fuerza a confrontar e integrar todo el material psíquico que poseemos. De más está decir que tales momentos de confrontación con la Sombra los consideramos de los momentos más duros y difíciles de nuestra vida. (Confrontación con la Sombra). Este material no es tampoco intrínsecamente malo, solo es desagradable a la psique consiente, y una vez integrado se revela como el componente necesario para una mayor integración de la personalidad y componente fundamental para el logro de un mayor estado de realización.Tomando como referencia todo lo dicho hasta aquí podemos vislumbrar el desafío que la conjunción de ambos planetas nos proporciona. Para muchos de nosotros, esta conjunción estará repleta de una energía tensa y desagradable, con manifestaciones de ira, impotencia, rabia, impaciencia y peleas, entre otras cosas. Es como si hubiéramos estado almacenando mucho material desagradable para nosotros debajo “de la alfombra” y por razones que no podemos entender ahora, todo ese material sale a la superficie. Con el correspondiente desagrado que esto nos genera.
Leemos en la buena literatura astrológica, definiciones constructivas acerca del principio saturnino, que pueden echarnos una mano en este tránsito y una de ellas nos recuerda que Saturno representa el valor educativo de la frustración. Tal vez a través de esta idea podamos tratar de conectarnos con todo el material emocional que se genera, tratar de aceptarlo en nosotros, de hacernos cargo de este material que juzgamos tan desagradable. Aceptar que ese es el estado de las cosas por más que durante mucho tiempo lo hayamos negado y/o responsabilizado a otros de tales materiales.
Esta aceptación es el primer paso para adentrarse en uno mismo, con el objeto de sanarnos, reconociendo nuestras heridas y carencias emocionales, teniéndolas bien presente con una amorosa actitud hacia uno mismo. Y tal vez, a partir de esto, poder comenzar a recorrer un camino diferente en nuestra evolución. Ya no temerosos de lo que pueda pasar cuando “se levante la alfombra” sino con una amorosa y clara actitud de autoconocimiento y sanación. Que nos lleve a una sincera reflexión de porque nos ha pasado todo esto, justamente a nosotros. De más está decir que este tránsito, como todos los demás, no será experimentado con igual intensidad por todas las personas. Dependiendo de donde se produzca y que aspectos forme dentro en la propia carta natal, será la afectación que experimentemos en nuestra vida.
A nivel colectivo también veremos manifestaciones de esta conjunción; a nivel social e internacional. Porque el tema de la sombra agresiva también se manifiesta a nivel colectivo, en las sociedades y en las relaciones entre países. Es por eso que, tal vez como lo dicta la experiencia, veamos algunas de estas manifestaciones en las tapas de los periódicos.
Recordemos pues que la salud de una sociedad está compuesta de la salud de los individuos que la conforman y parafraseando al Dr. Jung: “Si algo anda mal en el individuo, algo anda mal en la sociedad”. No podemos hacer que “la sociedad” haga terapia, la única forma de vivir en una sociedad más sana, es tratar de sanarnos individualmente y así conformar una sociedad más saludable y sin duda menos violenta.
Cada vez que como individuo o como grupo hemos decidido mirar valiente y sinceramente un problema o una dificultad, siempre, absolutamente siempre, cosechamos la recompensa de ver solucionado o al menos muy mejorado el estado del problema. Eso es una de las cosas que nos caracterizan como seres humanos, nuestro incesante deseo de estar mejor, de evolucionar, de realizarnos. Tal vez, durante los próximos tiempos tengamos la oportunidad de mirar valientemente «debajo de la alfombra”, ojala podamos aceptar y trabajar con lo que veamos.
Sin duda nuestra realización dependerá de ello.